martes, 2 de junio de 2015

¿Qué dice la Biblia de nuestro corazón?

Entonces, qué dice la Biblia de nuestro corazón? Jeremías lo dice muy claramente,
Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” Jeremías 17:9

Noten la claridad con la que habla la Palabra de Dios al respecto. Ella dice que nuestro corazón es:

1. Engañoso:

La palabra utilizada en hebreo es aqob. Como podemos ver esta palabra está relacionada con el nombreya’aqob (Jacob). Para entender esto vayamos un momento a Génesis 25:26,

Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob.”

Ahora, noten al pie de página de sus Biblias, qué significa el nombre Jacob? Dice “el que toma por el calcañar” o “el que suplanta.” Como he dicho antes, en la antigüedad se utilizaban los nombres para describir el carácter de una persona. Cuando nació Jacob intentó suplantar a Esaú, él quiso engañar. Y ese carácter lo dejó manifiesto cuando engaño a su padre Isaac y luego cuando engañó a Esaú por su primogenitura. Jacob era un hombre engañoso.

Así es nuestro corazón: engañoso. Podemos confiar en él? Continuemos…

2. Más que todas las cosas:

Es decir, más que la capacidad que pueda tener nuestro corazón de alguna bondad, honestidad, o de tener buenas intenciones, más que todo esto nuestro corazón es engañoso.

Ese es el corazón que está dirigiendo nuestros pensamientos, decisiones, y emociones. Es obvio, entonces, que esto va a afectar la manera en la que veamos el mundo. Porqué? Porque somos dirigidos por un corazón terriblemente engañoso. Por lo tanto sería un tontería permitirle a nuestro corazón guiar nuestras vidas.

Pero, Jeremías dice algo más.

3. Perverso:

Nuestro corazón no es solamente engañoso, sino que también es perverso. Esta palabra hebrea anusquiere decir incurable. Por ejemplo: Jeremías 30:15 utiliza la palabra así,

¿Por qué gritas a causa de tu quebrantamiento? Incurable es tu dolor, porque por la grandeza de tu iniquidad y por tus muchos pecados te he hecho esto.”

Entonces, Dios nos revela que el corazón del hombre no es bueno, sino que está afectado por una enfermedad mortal, la cual no puede ser sanada. Está afectado por una enfermedad incurable. Es por ello que Jeremías hace una pregunta retórica al final del versículo, “quién lo conocerá?” La respuesta que espera el profeta es: “Nadie!” (Ningún ser humano) Solo Dios.

La razón por la que no podemos confiar en nosotros mismos es porque nuestros corazones son engañosos y perversos. No podemos confiar ni en lo que piensa, ni en lo que siente, ni en lo que desea. Ni siquiera podemos confiar en evaluación que haga nuestro corazón de nosotros mismos.

Quién es el único que nos puede diagnosticar? Dios! Solamente la evaluación de Dios es objetiva, exhaustiva y verdadera porque sólo Dios es verdad. Si queremos, entonces saber nuestra condición, debemos someternos a lo que Dios ha dicho acerca del hombre. Pero, cuál es la buena noticia que trae el evangelio para los hombres? Eso lo veremos en la próxima entrada.


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