“Entonces Job respondió al Señor, y dijo: Yo sé que tú puedes hacer todas las cosas, y que ningún propósito tuyo puede ser estorbado.¿Quién es éste que oculta el consejo sin entendimiento?” Por tanto, he declarado lo que no comprendía, cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no sabía ” (Job 42:1-3 “LBLA”).
Job había reconocido que Dios puede hacer todo lo que le gusta, y lo confirma cuando dice que NO ES POSIBLE estorbar Sus propósitos...
Ahora, teniendo en cuenta lo que dijo Job, consideramos el libro de la vida en el que están inscritos todos los nombres de los que se les ha dado o se les dará nacer de nuevo para obtener la salvación y el perdón de sus pecados, y recordamos que este libro fue escrito antes de la fundación del mundo, antes de que todos los hombres llegasen a existir, cada uno en la época asignada por Dios. Leemos en las Sagradas Escrituras:
“Y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será” (Apocalipsis 17:8).
En esencia, Dios escribió en ese libro los nombres de los que han creído o creerán en futuro, y los que no están escritos en ese libro no pueden creer, ni nacer de nuevo, ni obtener el perdón de los pecados.
En este punto, surge la pregunta: “¿Por qué Dios escogió a algunos para ser salvos, mientras que los otros son RECHAZADOS?”
Hermanos en el Señor, las Escrituras nos dicen claramente que hay nombres escritos en el libro de la vida, entonces, que están ordenados para vida eterna, mientras los otros que no están escritos no son ordenados para vida eterna y, por lo tanto, no se entiende porqué algunos dicen que la salvación es para todos los hombres sin distinción, cuando, en cambio, los que no están inscritos en el libro de la vida NO PUEDEN ABSOLUTAMENTE CREER, de lo contrario, Dios ha mentido y ha diseñado un plan que no ha sido capaz de cumplir.
La Palabra de Dios es explícita al decir que los que son escogidos por Dios para ser salvos, son elegidos no por sus obras, no por su propia voluntad, no porque lo quieren, sino fueron escogidos antes de la fundación del mundo EXCLUSIVAMENTE por la SÓLA VOLUNTAD de Dios, que no se ve influenciada de ninguna manera por las obras de los hombres, aunque Él sepa todo de todos, incluso antes de que los hombres nazcan.
Para confirmar esto, leemos estas palabras:
“Porque la palabra de la promesa es esta: Por este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo. Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama), se le dijo: El mayor servirá al menor. Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí” (Romanos 9:9-13).
Miren, por lo que acabamos de leer, entendemos que lo que importa es el PROPÓSITO DE DIOS CONFORME A LA ELECCIÓN, es decir la decisión que Dios ha tomado en sí mismo, sin dejarse influenciar por nada ni por nadie, de hecho, dice que Él hizo esta elección cuando “NO HABÍAN AÚN NACIDO, NI HABÍAN HECHO AÚN NI BIEN NI MAL”.
El Apóstol Pablo, continuando su discurso a los Romanos, escribe que la SALVACIÓN NO ES “POR LAS OBRAS SINO POR EL QUE LLAMA”.
Para muchos estas palabras de Pablo no son claras, pero para otros sí. ¿No está claro que Dios salva a los hombres de acuerdo a Su voluntad sin ninguna interferencia que venga de fuera de sí mismo? Estas palabras son también tan claras en el idioma español, sin interpretaciones.
Seguimos en el discurso, porque hay todavía muchas cosas que decir, aunque me limitaré sólo a pocas otras, al menos en este tratado.
El apóstol Pablo, anticipando a todos los que oponiéndose a la PREDESTINACIÓN habrían afirmado durante los siglos que Dios habría sido injusto si realmente las cosas fuesen como está escrito, continúa escribiendo estas palabras:
“¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera” (Romanos 9:14).
Y de nuevo:
“De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece. Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad? Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?” (Romanos 9:18-20)
Miren hermanos, a una distancia de unos dos mil años, todavía hay aquellos entre el pueblo de Dios que siguen diciendo esas mismas palabras escritas de antemano por Pablo, que dicen que si Dios predestina a las personas resulta ser injusto.
Ahora lean las palabras de la Escritura que siguen, y traten de entendérlas, porque las sagradas Escrituras dicen muchas veces y muy claramente que el libre albedrío no existe y que Dios salva sólo aquellos que Él quiere salvar, de acuerdo a Su voluntad y nada más.
“¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria, a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles?” (Romanos 9:21-24).
Pero ¿no están suficientemente claras estas palabras de Pablo? ¿No nos hacen tal vez comprender que Dios ha PREDESTINADO vasos DE IRA preparados para perdición, y VASOS DE MISERICORDIA para ser salvados, y esto ya fue establecido antes de la fundación del mundo, como hemos leído antes?
Hermanos en el Señor, sean sabios, presten atención a lo que dice Pablo, en lugar de lo que dicen los predicadores con pensamientos MASÓNICOS que se encontran en los púlpitos.
Hermanos y hermanas, respondan a esta pregunta: ‘¿Ustedes han nacido de Dios por su voluntad o por la sóla voluntad de Dios?’
Antes de contestar, lean estas palabras del Evangelio de Juan:
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” (Juan 1:12,13).
Los que no creen en la predestinación, es decir, que no creen que los hombres son salvados sólo por la voluntad de Dios, deben necesariamente decir que el hombre ha sido salvado por algunas de sus obras, pero esto anula la salvación dada por Dios por sóla gracia, gratuitamente, ya que se cree que se obtenga por un mérito, por lo tanto, en este caso, no se obtiene la salvación por el regalo inmerecido y gratuito dado por Dios, sino por méritos que los distinguen de los otros que no quieren creer.
Estimados en el Señor, no creer en la predestinación mina la base de la salvación por sóla gracia, y no debe ser tomada a la ligera esta doctrina, porque es muy importante, y pasa a ser justo una de las doctrinas más opugnadas por los corruptos, por los extraviados, por los masónes y todos los que buscan DE ELEVAR AL HOMBRE en detrimento de Dios.
Doy gracias a Dios que me escogió, y no fui yo que escogí a Él, sino es Él que DECIDIÓ libremente para salvarme conforme a Su voluntad.
La gracia, la misericordia y la paz de Dios nuestro Padre y de nuestro Señor Jesucristo sean con todos ustedes.
Por el hermano en Cristo: Giuseppe Piredda
Traducido por Enrico Maria Palumbo
¿Por qué Dios no escogió salvar a todos?
¿Es Dios injusto por no permitir que todos se salven del infierno?, No
No hay comentarios:
Publicar un comentario